Convertida en su entrenadora personal, este fin de semana he disfrutado dando órdenes al segundo de la Embajada Española. Tres vueltas al lago Bled portando una pesada carga (o sea, yo), fueron suficientes para comenzar lo que va a llamarse "La Gran Odisea de Luises".
Doy fe del entusiamo y brío con que se tomó la tarea; y para recompensarle, le dejé que me obligara a caminar 1600 metros ida, 1600m vuelta, en la Garganta de Vintgar...

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