miércoles, 15 de abril de 2009

Una historia de terror...

A Luis y a mí nos encanta perdernos. En coche. Salimos de excursión con los mapas bajo el brazo, pero en el momento en que vemos una carretera comarcal sin señalizar, Luis da un volantazo y conduce sin miedo entre pinos y más pinos. Bajamos las ventanillas y nos quedamos embobados con los paisajes nevados del invierno, con la explosión de flores en primavera, con los colores del otoño. Olemos el campo. Eslovenia está llena de bosques, de montañas, de llanuras, de lagos.

Eslovenia es un país donde da gusto perderse.

Pero hoy he leído un artículo que me ha dejado de piedra. “The Eslovenia Times” (tal cual), robado a última hora de un mostrador del aeropuerto de Liubliana en mi camino a Praga, me desvelaba que se ha encontrado en una antigua mina llamada “Huda Jama” (cueva mala) una fosa común con más de trescientos muertos, y parece ser que esa cifra es sólo el principio…

La cara terrorífica de esos bosques, montañas, llanuras y lagos son las más de seiscientas fosas secretas que existen repartidas por todo el territorio esloveno. Estos bosques esconden oscuros secretos. Callan gritos de terror y de angustia. Fosas sin descubrir. Fosas descubiertas.

Se me han puesto los pelos de punta. Me voy a pensar muy mucho irme de camping en Eslovenia. Tampoco es que Luis sea un boy scout, pero tenemos algún amigo (que por desgracia se marchará pronto) que organiza miles de excursiones por estos montes perdidos. Y Luis no se quiere perder una. Menudo miedo pasar una noche a la intemperie. Veo a los fantasmas entrando en mi tienda o en mis sueños. No quiero trivializar el tema, pero me he dado miedo a mí misma escribiendo el último párrafo…

Sigo leyendo y resumo.

Una comisión de investigación se dedica a buscar a las más de trescientas mil personas que se estiman fueron ejecutadas en Yugoslavia desde mayo hasta junio de 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, bajo las órdenes de Tito, líder comunista y Presidente de la antigua Yugoslavia.

Una purga que se llevó por delante a civiles, supuestos colaboradores del fascismo, y principalmente a ex combatientes filo fascistas de origen croata y esloveno que trataron de huir de la victoriosa guerrilla antifascista. En las fosas se han encontrado centenares de botas pertenecientes a estos soldados, que fueron a entregarse a las fuerzas aliadas estacionadas en la vecina Austria (buscando la protección de los británicos), las cuales les obligaron a regresar a la entonces Yugoslavia donde cayeron prisioneros de guerra de las fuerzas comunistas. Cavaron sus propias tumbas. Muchos fueron enterrados vivos. Muchos gaseados. Aterrador.

Y hay cientos. ¿Podré pasear de nuevo sin mirar al suelo, sin buscar un indicio, sin pensar que ese preciso lugar que piso pudo ser el lugar donde se produjo un asesinato a sangre fría? Con lo fantasiosa que soy, dudo que sea capaz de olvidarme. En uno de nuestros hikings encontramos un cementerio lleno de tumbas cuyas inscripciones rezaban: Unbekannter (desconocido). ¿Será uno de ellos?

Continúo con el artículo.

La fosa mencionada no es la primera, ni será la última.

La fosa común más grande de Europa fue encontrada en el norte de Eslovenia, junto a la frontera austríaca, en un bosque cercano a un pueblo llamado Tezno. Una enorme fosa común de tres kilómetros con más de quince mil personas en su interior. La dificultad para identificarlos es obvia.

Es una tragedia nacional.

Lo más increíble es que nadie ha pagado por estos asesinatos. La mayoría de los culpables han muerto o han sido absueltos por falta de pruebas o evidencias. Es un tema muy sensible aquí. No se habla de ello.

Pero sus voces vuelven como un eco que recuerda que ha de hacerse justicia. Aunque para algunos lo más fácil sea taparse los oídos y vendarse los ojos. Y hacer un monumento.

miércoles, 8 de abril de 2009

De profesión....

Hace un par de semanas quedé a comer con una de mis “tres” amigas en Liubliana: Lisa.

Lisa, “molto carina”, como dice ella siempre de mí.

Lisa es un terremoto, una mujer llena de vitalidad, positiva y alegre, pero al mismo tiempo frágil y cariñosa. Es escritora.

Desgraciadamente no he podido leer ninguno de sus libros. Lo he intentado, pero no hablo italiano. “Allora”, sí entiendo la portada de su primer libro, “Confesiones de una aspirante a madre”, y sí entiendo lo que ella me cuenta. Su libro habla de mujeres, de ella misma, de carcajadas de dolor, de injusticias divinas, y de humanidad.

Su frase que hecho mía: “Mi única perversión es la monogamia”. Me fascina.

Pero volvamos a lo nuestro, a la comida.

Lisa conoce al menos a la mitad de los habitantes de Liubliana, y todos sus conocidos se concentran a comer en el mismo restaurante, Plato. Plato tiene dos plantas: una gran heladería en el piso de abajo y un moderno restaurante en el piso de arriba.

Siempre que llegamos, Lisa reparte besos y sonrisas al menos a una docena de personas. Todas ellas me miran inquisitivamente. De esa docena de personas, tres o cuatro se sientan en nuestra mesa. Yo hago gala de toda la simpatía de la que soy capaz, y les pregunto a qué se dedican. Las respuestas no se hacen esperar.

Sofía, italiana, rubia, habla con mucha seguridad en un perfecto inglés. Me cuenta que ella toca el arpa (¡el arpa!) en la orquesta de Liubliana y hace colaboraciones esporádicas con conocidos músicos como Jordi Savall, al que tuve la oportunidad de conocer en persona en uno de los conciertos promocionados por la Embajada española. También es licenciada en Literatura, pero no se dedica a ello profesionalmente. ¡Ole curriculum!

Almina, eslovena, morena, discreta, nos cuenta que está muy contenta porque esa misma semana se iba a Tokio (sí, sí, Japón) a presentar su última colección de ropa. Porque, tal como puntualiza Lisa, Almina es “fashion designer”. Tiene una tienda en el centro de Liubliana, y tengo que decir, que la ropa es de lo mejor que se ve por aquí. Buenas calidades y modernos diseños.

La tercera (no me acuerdo del nombre, qué desastre soy) es actriz. Es eslovena, morena, altísima y delgadísima. Se da un estilo a Kristin Scott Thomas. Ahora-nos cuenta-está trabajando en una obra de teatro a la que nos invita a ir. Yo no puedo porque no hablo esloveno, pero entonces me sugiere que vayamos todas juntas al musical de su marido (actor y cantante, entiendo).

Me gustan. Todas con carácter. Todas distintas. Todas nuevas.

Todas con profesiones que implican una vocación clara. Una pasión visceral. Un toque bohemio. Un estilo propio.

El momento en el que ellas, muy educadamente, me preguntaban por mi profesión, tenía que llegar.

Me quedo pensando. ¿Les digo que soy la responsable financiera de una compañía de telecomunicaciones? Qué poco glamuroso. Qué poco bohemio. Qué sosería. Qué rollazo. No puedo mentir, va contra mis principios. Y lo cuento. Gracias a Dios, creo que no se enteraron muy bien de a qué me dedicaba en concreto.

Vuelvo a casa en bici, y mientras pedaleo pienso….¿y si a partir de ahora soy….¡ “blogger”!?

Mucho más “in”.

Sí.

Eso seré yo a partir de ahora.

Aquí.

En Liubliana.

Blogger...